lunes, 21 de marzo de 2011

Comentario del Capítulo 14


Éstas son algunas de las cuestiones que puedes comentar del capítulo 14:
  • El capítulo empieza con la narración de una de las travesuras cometidas por los tres amigos: la quemadura que le provocan al gato de la Guindilla mayor con una lupa. ¿Recuerdas tú alguna travesura de tu infancia?
  • El castigo que acompaña a la travesura del gato, le sirve a Daniel, el Mochuelo, para plantearse que "el único negocio en la vida era dejar cuanto antes de ser niño y transformarse en un hombre". ¿Recuerdas haber tenido una sensación parecida, consistente en querer crecer cuanto antes para no tener que soportar las arbitrariedades de los adultos?
  • Otra de las travesuras tiene un componente más peligroso que la del gato: nos referimos a la de esperar al tren dentro del túnel y con los calzones bajados. Aquí entra en juego la demostración ante los otros del propio valor. ¿Puedes contar alguna historia propia o ajena en la que para demostrar valor se pusiera en juego la integridad física de los participantes?

4 comentarios:

  1. Yo de pequeña martirizaba cucarachas, y se han vengado de mi provocándome una fobia que no consigo superar, ¡ahora las tengo pánico!
    Y no, no tengo ninguna prisa por hacerme adulta, no creo que nunca llegue a serlo por completo.
    Mis "demostraciones de valor" han sido muy normalitas: entrar en casas supuestamente abandonadas, en cementerios cerrados, subir árboles... cosas que no han puesto demasiado en peligro mi integridad física, sobre todo porque tenía buenas piernas para huir cuando me perseguían a escobazos.
    M.J.

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  2. Todos los niños quieren crecer para ser mayores. Los adultos tienden a tratar a los niños como a seres sin opinión propia o que no tienen derecho a tenerla, tienden a subestimar-los. Esa sensación era la que yo tenía de pequeña: que no tenía derecho a nada, sólo a obedecer y a callar. Ahora veo cómo crecen las nuevas generaciones de niños y, salvo excepciones, se les mima, se les educa y sobre todo se les escucha sin esa adustez que había antes.
    Como siempre lo que está por venir siempre es mejor que el tiempo pasado.
    Carmen V.

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  3. Mis travesuras de pequeña han sido "poco graciosas". Vivir en ciudad y no tener hermanos de edad par jugar juntos no me ha dado la oportunidad de hacer travesuras, las echo de menos.
    c.l.f.

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  4. -La noche que vi por primera vez una “luciérnaga “ tendría unos 3 o 4 años, me enamore de su luz, así que metí dos en un bote de cristal y lo cerré ( para poder mirarlas cuando quisiera ), a la mañana siguiente estaban muertas y además eran unos gusanos horrorosos.
    -Yo estaba deseando cumplir 18 años para poder entrar en las “discotecas”
    -Tengo una amiga que sus padres eran los vigilantes en una fábrica de maderas. Nos juntábamos allí para jugar mi prima, mi primo, el hermano de mi amiga, ella y Yo. Como la fábrica estaba cerrada nuestros padres pensaban que estábamos seguros. Allí se apilaban los troncos de madera (que eran muy gordos y largos) en forma de pirámides (con una altura de un primer piso) y se sujetaban con unas falcas de madera. La fábrica era inmensa y había un montón de pilas de troncos. Jugábamos a ver quien subía mas rápido y a mas cantidad de pilas de troncos.” Solo ahora cuando nos vemos y lo recordamos, decimos: si uno solo de esos troncos se hubiese movido nos habría dejado como papel de fumar.
    A.H.M.

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