domingo, 27 de febrero de 2011

Comentario del Capítulo 10


Éstas son algunas de las cuestiones a las que puedes dar respuesta:
  • En el libro podemos leer: "para los tres amigos, los días de lluvia encerraban un encanto preciso y peculiar. Era el momento de los proyectos, de los recuerdos y de las recapacitaciones". En tu caso, ¿qué sentimientos te inspiran los días de lluvia?
  • ¿Crees que Roque, el Moñigo, es una buena influencia para Daniel, el Mochuelo, o, como opina la madre de Daniel, la Guindilla mayor y las Lepóridas, la compañia del Moñigo es un mal necesario?
  • ¿Por qué leemos "y lo que más abochornaba a Daniel, el Mochuelo, a los ocho años, era no tener en el cuerpo ni una sola cicatriz"? ¿Es una cicatriz una buena prueba de hombría? ¿Existen hoy otros indicios de la hombría?
  • En este capítulo nos enteramos de que la cicatriz de Roque, el Moñigo, es producto de una esquirla de metralla procedente del estallido de una bomba de la guerra. ¿Qué recuerdos directos o indirectos tienes de la guerra?

6 comentarios:

  1. Los días de lluvia tienen un encanto especial, es bonito ver resbalar las gotas por los cristales mientras el calor del interior nos invita a soñar, o incluso dejar que resbalen por nuestro propio cuerpo si es verano y la lluvia es cálida, pero también gusta saber que terminan y el sol nos vuelve a iluminar.
    No creo que los hombres tengan el monopolio de las cicatrices como prueba de valor, también yo he "chuleado" de cicatrices de pequeña, sin pensar en la idiotez que me había conducido a producirlas, porque os aseguro que ninguna ha sido hecha por metralla, ni por heroísmo, sino por pura y simple imbecilidad.
    M.J.

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  2. Se que la lluvia es muy necesaria, sin ella seria nefasto, pero como gustarme...
    Me encantan los dias soleados, con el cielo azul turquesa, me hacen sentirme muy viva, cosa que la lluvia me entristece, tendre algún trauma, ya era niña y decía que las nubes lloraban.
    En cuanto a las cicatrices, tengo más puntos que un torero, y lo que se dice por valentia no han sido, más bien necesidad.
    LOLA

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  3. Es entendible que los días de lluvia para los tres amigos tuvieran un encanto precioso y peculiar. Para entender esta afirmación hay que retroceder a los años de la infancia. Cuando la única obligación que nos imponían nuestros mayores era ir a la escuela, y aún así, un número importante de días se hacían novillos. Por lo que cumplido el horario del colegio el resto del tiempo era para jugar, en la calle, en las eras o en el campo, no alejándote mucho del pueblo o la ciudad.
    Por eso cuando hacía un día de lluvia había que replantearse el sitio de donde pasar el tiempo libre y la actividad que se podía realizar. Ya que si había llovido, jugar al fútbol no se podía practicar, pues el suelo de las eras donde se jugaba estaba totalmente embarrado o si estaba lloviendo te empapabas y luego encima, cuando ibas a casa te reñían por no decir te pegaban. De ahí que, los días de lluvia, tanto en verano como en invierno, se buscaba un refugio para pasar el día. Y entonces, una vez más o menos abrigos si era invierno o solamente, protegidos de la lluvia si era verano se empezaba a comentar historias o proyectos a realizar nada mas que el tiempo lo permitiera. Esos momentos servían para que cada uno comentara aquello que le había sucedido y consideraba como más significativo, aprendiendo todos un poco de lo que el otro decía. O se planificaba la nueva travesura a realizar.
    Ahora los días de lluvia lo único que apetece es quedarse en casa tranquilamente a leer o descansar. Aunque hay que reconocer, al menos en mi caso, que si la lluvia no es muy intensa y no hace mucho frío, con un buen paraguas y un buen calzado es relajante pasear y observar el como se mueve la ciudad en un día con mayor dificultad de lo normal.
    E.S

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  4. El Camino – capítulo 10


    Los días de lluvia me gusta quedarme en casa, pero siempre tras un cristal para ver como cae. Si de noche me despierto por el ruido del agua de lluvia, salto de la cama para contemplar a trabes de la luz de las farolas de la calle.
    Al menospreciar a los amigos por realizar una proeza, puede poner en peligro al mismo, cada uno es capaz de realizar una cosa nunca nadie es más ni menos valiente.
    Esas tonterías de demostrar la hombría por signos externos son faltas de cultura Cada uno tiene que superar sus propios miedos y saber lo que puede o debe hacer.
    No he vivido ninguna guerra, pero siempre que pienso en ellas me imagino días tristes, sin sol. No hay nada que las justifique.

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  5. Hoy ha sido unos de esos días donde la fina lluvia ha ido acompañándome en mi camino calles oscuras, frías, silenciosas…
    Mientras iba recordando que de niña siempre soñaba en los días de lluvia junto a una gran chimenea, con un buen libro y en un gran sillón.

    P.D.
    Ahora solo me queda esa "nostalgia" de aquel sueño que no se cumplió.

    A.R.M.

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  6. Los días de lluvia me encantan,ver llover detrás de una ventana es lo mejor,cuando la lluvia es fina y cae silenciosa me trasmite mucha tranquilidad y nostalgia.
    M.N.D.

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